3:30 am
Me despierto sin motivo alguno, había estado soñado tanto, para qué despertarme pensé. El espeso silencio de la noche me acompañaba. Me preguntaba a mí mismo qué día es. La oscuridad total de aquella habitación no me impidió ver la fecha en el calendario desteñido por los rayos del sol. Mis ojos acuciosos se apaciguaron. 1 de agosto. Mi corazón y mi mente fueron presas de mis más atiborrados recuerdos. Una inexplicable sensación brotó de mi interior. Hace un año, agosto tenía un significado especial para mí. Mi vida tenía otro rumbo, un rumbo distinto al actual. En ese tiempo yo acaba de ingresar por primera vez a una institución de educación superior. Mi alegría era inmensa pues yo no solo había ingresado sino también mi hermano menor que por distintos motivos nunca se ha llevado bien con la vida académica (bueno todo lo relacionado con mate). El momento en que vimos los resultados fue uno de esos momentos que siempre quedarán grabados en mi memoria. Después de todo lo que hemos pasado de niños, a llegar a esto. Nos abrazamos inmersos de la alegría.
¿Ves?¡Lo hicimos!- le dije con voz un poco grave por la confusión de emociones.
***
Comenzaron las clases y comenzaron a surgir otras cosas también. La institución no resultó ser como me la pintaron. Poco a poco fui desdeñándola quejándome de varias cosas. No podía creer que los materiales no se "actualizaban" con el pasar de los ciclos. Desubicado, desorientado, desilusionado. Me sumergí en una profunda desilusión, sí desilusión, valga la redundancia. Me preguntaba a mí mismo ¿para esto me esforcé durante medio año? Respondí mis inquietudes y me di cuenta, muy tarde lamentablemente, que esta institución no era el alma máter en el que yo siempre soñé y quise estar. Me deje llevar por nimiedades estúpidas. * Mi cabeza daba giros pensando que hacer en esta situación. Decidí decírselo a mi ma de una vez. Recuerdo esa noche que converse con mi ma.
Ma- suspiré, volví a tomar aire.
No voy más -dije.
¿Por qué? (ya sabía que me iba a decir esto y lo siguiente) Mira si has tomado esa decisión la vas a afrontar. Termina este ciclo, de ahí si quieres te retiras-dijo con voz acompañada de una combinación de sorpresa y decepción*.
No, ma-repetí no voy a ir más, ya se acabó- dije resignado y con la mirada puesta en mis viejas zapatillas CAT. Discúlpame por hacerte gastar plata por las puras, en verdad no fue mi intención. Ma respeta mi decisión por favor.
Y claro después de esto no podía mirar directamente a mis padres. Sentía que les había fallado al tomar esta decisión. A partir de ahí por primera vez en mi vida me sentía de alguna manera un Samsa. No podía creer que de un momento a otro mi vida diera un cambio tan inesperado. Pase de la gloria al fracaso total.
***
Con el pasar de varios meses raudos por mi mente, senté cabeza hasta el 7 de febrero ( fecha del examen de admisión en la siguiente institución que postulaba). Una nueva oportunidad para mí, para reivindicarme. Recuerdo perfectamente ese día...
Me despierto sin motivo alguno, había estado soñado tanto, para qué despertarme pensé. El espeso silencio de la noche me acompañaba. Me preguntaba a mí mismo qué día es. La oscuridad total de aquella habitación no me impidió ver la fecha en el calendario desteñido por los rayos del sol. Mis ojos acuciosos se apaciguaron. 1 de agosto. Mi corazón y mi mente fueron presas de mis más atiborrados recuerdos. Una inexplicable sensación brotó de mi interior. Hace un año, agosto tenía un significado especial para mí. Mi vida tenía otro rumbo, un rumbo distinto al actual. En ese tiempo yo acaba de ingresar por primera vez a una institución de educación superior. Mi alegría era inmensa pues yo no solo había ingresado sino también mi hermano menor que por distintos motivos nunca se ha llevado bien con la vida académica (bueno todo lo relacionado con mate). El momento en que vimos los resultados fue uno de esos momentos que siempre quedarán grabados en mi memoria. Después de todo lo que hemos pasado de niños, a llegar a esto. Nos abrazamos inmersos de la alegría.
¿Ves?¡Lo hicimos!- le dije con voz un poco grave por la confusión de emociones.
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Comenzaron las clases y comenzaron a surgir otras cosas también. La institución no resultó ser como me la pintaron. Poco a poco fui desdeñándola quejándome de varias cosas. No podía creer que los materiales no se "actualizaban" con el pasar de los ciclos. Desubicado, desorientado, desilusionado. Me sumergí en una profunda desilusión, sí desilusión, valga la redundancia. Me preguntaba a mí mismo ¿para esto me esforcé durante medio año? Respondí mis inquietudes y me di cuenta, muy tarde lamentablemente, que esta institución no era el alma máter en el que yo siempre soñé y quise estar. Me deje llevar por nimiedades estúpidas. * Mi cabeza daba giros pensando que hacer en esta situación. Decidí decírselo a mi ma de una vez. Recuerdo esa noche que converse con mi ma.
Ma- suspiré, volví a tomar aire.
No voy más -dije.
¿Por qué? (ya sabía que me iba a decir esto y lo siguiente) Mira si has tomado esa decisión la vas a afrontar. Termina este ciclo, de ahí si quieres te retiras-dijo con voz acompañada de una combinación de sorpresa y decepción*.
No, ma-repetí no voy a ir más, ya se acabó- dije resignado y con la mirada puesta en mis viejas zapatillas CAT. Discúlpame por hacerte gastar plata por las puras, en verdad no fue mi intención. Ma respeta mi decisión por favor.
Y claro después de esto no podía mirar directamente a mis padres. Sentía que les había fallado al tomar esta decisión. A partir de ahí por primera vez en mi vida me sentía de alguna manera un Samsa. No podía creer que de un momento a otro mi vida diera un cambio tan inesperado. Pase de la gloria al fracaso total.
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Con el pasar de varios meses raudos por mi mente, senté cabeza hasta el 7 de febrero ( fecha del examen de admisión en la siguiente institución que postulaba). Una nueva oportunidad para mí, para reivindicarme. Recuerdo perfectamente ese día...
