Con pensamientos alborotados en mi cabeza y fatigado por el calor, me dirigí al paradero, esquivando a un PPKuy de sonrisa plástica y a toda su parafernalia acumulada a su alrededor. Mis ojos desorbitantes buscaban el carro que me llevaría y alejaría de toda esa dimensión. Caminaba apresuradamente cuando de pronto escuché mi nombre (yo sé que es raro escuchar en la calle mi nombre ya que es un nombre poco usual), volteé con desasosiego pensando que sería solo una mezcla de sonidos que me engañaban, y te vi...
Te vi con esa sonrisa perfumada y mirada adictiva... y el tiempo se paralizó. Al primer instante no lo creí, por un momento pensé que eras un espejismo. En un segundo instante te amé (y sí me lo creí), y me di cuenta que no eras un espejismo sino un oasis en medio del desierto.
Te vi, te vi, te vi, solo eso yace en mi memoria por ahora
martes, 19 de abril de 2011
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