1
He dormido todo un año
o tal vez he muerto
sólo un tiempo,
no lo sé.
Pero sé que un año
he estado ausente,
sé que un año he
descansado,
sé que en ese tiempo
las moras y las
frutas secaban sus
raíces, triturándolas
de sabor y regocijo.
Yo descansé en la
sierra,
y felizmente mi
corazón no se secó
con la humedad
del llanto,
no sollozó,
no produjo algún
ruido disparejo:
todo sucedía como
siempre,
y yo descansaba,
descansando,
los trenes aún
pesaban sus rieles,
los barcos naufragaban
tarde y noche,
muchos peces
agotábanse en el mar.
4
He vuelto ya.
Mamá, papá,
¡he vuelto!
Hermanos, aquí estoy
como antes,
cantando en las
noches del invierno
con mi seco corazón,
hecho de pan y
de piedra.
[...]
Extraido de El Río de la Muerte de Javier Heraud
viernes, 21 de diciembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
domingo, 11 de marzo de 2012
Naif
Sentado en la orilla de mi cama, tu rostro es una constante. Cada constante evoca un recuerdo. Un recuerdo que evoca mi memoria. Dulce recuerdo, como un beso, una expresión de amor que se asemeja a una palpitación angelical, es el sentir toda una vida sobre mis labios, pero esta vez sobre mi mente.
jueves, 7 de julio de 2011
martes, 19 de abril de 2011
Y te vi
Con pensamientos alborotados en mi cabeza y fatigado por el calor, me dirigí al paradero, esquivando a un PPKuy de sonrisa plástica y a toda su parafernalia acumulada a su alrededor. Mis ojos desorbitantes buscaban el carro que me llevaría y alejaría de toda esa dimensión. Caminaba apresuradamente cuando de pronto escuché mi nombre (yo sé que es raro escuchar en la calle mi nombre ya que es un nombre poco usual), volteé con desasosiego pensando que sería solo una mezcla de sonidos que me engañaban, y te vi...
Te vi con esa sonrisa perfumada y mirada adictiva... y el tiempo se paralizó. Al primer instante no lo creí, por un momento pensé que eras un espejismo. En un segundo instante te amé (y sí me lo creí), y me di cuenta que no eras un espejismo sino un oasis en medio del desierto.
Te vi, te vi, te vi, solo eso yace en mi memoria por ahora
Te vi con esa sonrisa perfumada y mirada adictiva... y el tiempo se paralizó. Al primer instante no lo creí, por un momento pensé que eras un espejismo. En un segundo instante te amé (y sí me lo creí), y me di cuenta que no eras un espejismo sino un oasis en medio del desierto.
Te vi, te vi, te vi, solo eso yace en mi memoria por ahora
viernes, 25 de marzo de 2011
lunes, 31 de enero de 2011
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